Más allá de estrategias, jugadas o piezas, el ajedrez educativo también enseña a gestionar las emociones. El Proyecto AjeBótica ha demostrado que jugar ajedrez es una poderosa herramienta para el desarrollo socioemocional del alumnado.
En cada rincón del aula, el alumnado vive situaciones que le enfrentan a la frustración, la toma de decisiones, la paciencia, la empatía y la aceptación del error. Y todo esto, en un entorno seguro, respetuoso y lleno de posibilidades.
😌 Lo que el ajedrez enseña sin palabras
El ajedrez se convierte en una metáfora de la vida:
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A veces se gana, otras se aprende.
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Cada jugada tiene consecuencias.
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El error forma parte del proceso.
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No hay que rendirse tras una mala apertura.
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Se aprende a anticipar, a esperar, a controlar impulsos.
El alumnado aprende a perder sin enfado, ganar con humildad y pensar antes de actuar, algo que impacta positivamente en la convivencia escolar y en su desarrollo personal.
🧠 Las emociones también se entrenan
Gracias al uso de herramientas como:
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Fichas de Pensamiento y Reflexión
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Observación guiada por parte del docente
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Momentos de diálogo tras la partida
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Actividades cooperativas en vez de competitivas
...el proyecto convierte cada sesión en un entrenamiento emocional. Los criterios evaluables también recogen estos aspectos:
“Identificar y autorregular las emociones propias y reconocer fortalezas y debilidades, desarrollando autoconfianza y perseverancia”
(Criterio 7.1 - Matemáticas - LOMLOE)
🤝 Educación emocional en cada casilla
AjeBótica no es solo un proyecto de ajedrez. Es una forma de educar en valores, actitudes y emociones a través del juego, la tecnología y la creatividad.

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